Policía británica advierte Heather Mills por llamadas emergencia

La policía británica advirtió a Heather Mills McCartney, la enemistada esposa del ex Beatle Paul, acerca del uso demasiado frecuente del número telefónico de emergencia 999.
La mujer de 39 años, en medio de una amarga batalla por el divorcio con Paul McCartney que la ha empujado al foco de los medios, se queja de acoso de los paparazzi desde que hace 10 meses se anunció la separación.
Kevin Moore, comisario de la policía de Brighton y Hove, en la costa del sur de Inglaterra, en donde Mills pasa gran parte de su tiempo, dijo que había un riesgo de que los oficiales tomen sus llamadas con menos seriedad si los contactaba tan a menudo.
"Debemos pasar una desproporcionada cantidad de tiempo con una persona en particular," dijo, según declaraciones que fueron confirmadas por una portavoz de la fuerza.
"Estamos obligados a responder, pero claramente, las personas que hacen muchas llamadas a la policía corren el riesgo de ser tratadas como en el cuento del lobo," agregó.
La portavoz no difundió cuántas llamadas de emergencia hizo Mills a la policía, pero dijo que algunas no habían justificado ninguna acción.
Añadió que la policía le aconsejó a la ex modelo respecto de cuándo marcar el número "999" y le sugirió que mantenga un registro de acoso de la prensa.
El portavoz de Mills, Phil Hall, informó que ella había llamado a la policía en varias ocasiones por fotógrafos que la siguen en la calle, "a menudo en motocicletas y de manera muy peligrosa."
Hall también dijo que los representantes de Mills habían hablado con Moore el jueves.
"El nos asegura que de ninguna manera está decepcionado con el nivel de las llamadas de la señorita Mills," dijo.
En los últimos días Mills dio una serie de entrevistas para publicitar su participación en un programa de televisión estadounidense y su trabajo en organizaciones defensoras de animales.
Mills ha usado esa plataforma para criticar a los medios británicos.
Los periódicos tabloides la retratan como una caza fortunas que busca aprovecharse de la fortuna de McCartney, que está estimada en alrededor de 825 millones de libras, unos 1.600 millones de dólares.

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