miércoles, 12 de marzo de 2008

La condena de The Beatles en Israel

Casi todas las ONGs europeas han suscrito un manifiesto pidiendo a los Beatles (a lo que queda de ellos, claro) que no acudan a Israel para participar en el sesenta aniversario de la fundación de su estado.

Se califica a los israelitas de asesinos violentos y a los palestinos de oprimidos y torturados. Produce vértigo la movilidad de nuestra época. Hace años, por los sesenta, más o menos, los Beatles incluyeron a Israel en una de sus giras mundiales; los radicales ortodoxos del judaísmo impidieron el concierto. Alegaban que el mensaje de los legendarios músicos de Liverpool, minaría la austera moral de los jóvenes israelitas que, entonces, luchaban por mantener el llamado “hogar judío” conseguido, tras casi dos mil años de peregrinaje y persecución. Hoy, poco tendrían que minar. Como se sabe, acaba de celebrarse en Tel Avib un festival internacional de pornografía con gran éxito de público y participación. Pero, vamos, anécdotas aparte, le convendría a este occidente nuestro, depredador y canalla- en lucha abierta contra la obesidad y el colesterol- una reflexión, o sea echarle tres cuarto y mitad de calentamiento al cerebro. Se trata de ejercicio cansino y pasado de moda, lo de pensar quiero decir, pero luego, se alegra uno. Nuestra cultura tan sensible, ve impasible, o con aplicación de remiendos tardíos e ineficaces, el tremendo genocidio que produce la miseria del tercer mundo. Nuestras naciones cambian materia prima por armas a países hambrientos, cuyos señores de la guerra forman parte de varios consejos de administración por estas latitudes. Y así. En fin, que no existen buenos y malos, ¡joder! Solo hay hombres y mujeres capaces de pasarse la ética por los forros en cualquier pasarela de modas. La bondad y la maldad son entidades filosóficas coyunturales, si no van acompañadas de fuertes idealismos, medio desaparecidos en la actualidad. La Historia, el gran libro olvidado, lo evidencia con claridad. Y ocurre que la humanidad, según el citado libro, no tiene un buen “currículo”. Los españoles andamos, en este momento, atolondrados con el griterío político-ambiental que nos sitúa en una esfera “american-show” idiotizante y no estamos para nada más lejos de nuestro ombligo. Antes, al estruendo se le denominaba “berrea montaraz” mucho más celtíberico y primitivo. Esto, desde luego, queda mucho más vistoso. Hay que reconocerlo.

José Luis Navas
Fuente: www.deminorias.com

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