Cuando le preguntan por qué se le midió a sacar otro álbum como solista a los 71 años de edad, Ringo Starr se limita a contestar: “Mientras pueda sujetar las baquetas, seguiré tocando”. Para algunos puede ser un poco arrogante, pero quienes lo conocen o han tenido la oportunidad de trabajar con él, saben que lo único que le importa es hacer música, y de la buena.
Nueve canciones conforman Ringo 2012, que más allá de ser una reinvención de su carrera en solitario, es un homenaje a Ringo, su disco más exitoso publicado en 1973. En aquel entonces sus amigos John Lennon, Paul McCartney y George Harrison no sólo respaldaron su proyecto, sino que colaboraron con varias de las canciones, entre ellas I´m the greatest, que alcanzó el puesto número siete de las listas musicales de Gran Bretaña, y el número dos en Estados Unidos.Aunque en esta oportunidad no cuenta con ellos, está seguro de que esta producción será igual de exitosa. “Es un álbum que resume mi vida, un homenaje a Liverpool donde viví 23 años y un recorrido por mis años en los Beatles. Tiene mucha historia”, afirmó en una entrevista para el Huffington Post.
Para quienes piensan que Ringo había parado después de la disolución del cuarteto inglés, vale recordar que Starr lleva 15 álbumes desde 1970, año de la separación oficial del grupo.
Su decisión de mantenerse en la escena musical no tuvo nada que ver con nostalgias, ni mucho menos con dinero. La música es lo único que lo motiva para levantarse todas las mañanas. Así ha sido desde los seis años cuando aprendió a tocar el tambor en las clases de música que impartían en el hospital de Liverpool, donde permaneció dos años y diez semanas a casusa de una pleuritis (inflamación de los pulmones).
A pesar de ser zurdo, Ringo aprendió a tocar la batería como lo hace una persona diestra. Esta habilidad se convirtió en su sello distintivo. Se destacó entre los mejores del mundo. Sus partes en las canciones de los Beatles eran tan personalizadas que podían escucharse sin el resto de la música e identificarlas de inmediato. “Starr es enormemente menospreciado. La pista de batería en A day in the life tiene cosas muy complejas. Desafío a cualquiera de ustedes a tocar la batería como lo hace Ringo”, aseguró Phill Collins.
Claro que a Starr lo último que le importa son las comparaciones e incluso los halagos. No es que menosprecie lo que piensan de él, es solo que él basa su vida en la lógica de que todo músico debe hacer música hasta que muera. “Ver a B.B King es un placer. Tiene 86 años y sigue tocando. Eso es lo que se tiene que hacer”.
Hasta el día de hoy, Ringo es el único Bea-tle que no ha ocupado un primer puesto en las listas de sencillos británicos como solista, ni en la lista de álbumes. Pero a él poco le importa. Las constantes comparaciones con Paul McCartney le tienen sin cuidado. Que ambos hayan lanzado un álbum el mismo mes, no significa competencia; por el contrario, refuerza su amistad, la cual desde 1962 se basa en el amor por la música. “Lo más sorprendente de Ringo últimamente no es lo que ha sido, sino más bien lo que es. Su gran corazón y alma, su sabiduría e ingenio”, afirma el crítico de rock de la revista Rolling Stone, David Wild.
Tal vez esto explique por qué siempre es el primero en montarse en un bus para salir de gira, o ser miembro organizador de pequeños conciertos por la paz. Sus nuevas canciones son una invitación a volver a lo importante, a las raíces, a la familia. Y aunque Los Angeles Times y The Guardian solo le hayan dado dos estrellas al álbum, él está listo para salir de gira y compartir su música. “Nuestra única obligación como músicos es salir y tocar. Eso es lo que hacemos”.
Fuente: http://www.cromos.com.co
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