EL PAÍS ofrece a partir del 18 de marzo una colección única de libros-CD
“De repente tienes 30 años y ¡queda tanto por hacer!”. La frase no sería llamativa sino fuera porque la dijo un hombre que ya había conseguido todo lo que cualquiera apenas puede imaginar en toda su vida. Había conocido el éxito mundial, el clamor de las masas, el fenómeno fan, el dinero a raudales, el reconocimiento y también la envidia de sus compañeros de profesión, incluso sabía que pasaría a la historia como una figura clave de la cultura popular. Pero la frase fue dicha por el beatle que se había cansado de ser beatle. Y, ciertamente, John Lennon tenía mucho por hacer después de acabarse el sueño (y pesadilla finalmente para sus integrantes) que fueron los Beatles.
Son todos los John Lennon posibles, recogidos en ocho discos que publicó al margen de los Beatles, bien por su cuenta, en compañía de su amada Yoko Ono o en colaboración con el genial productor Phil Spector. EL PAÍS los ofrece a partir del domingo 18 de marzo a sus lectores en una colección única en formato libro-CD. Cada domingo un álbum al precio de 9,95 euros. Las introducciones corren a cargo del reputado crítico británico, Paul Du Noyer, autor de ensayos sobre el cantante y diferentes manuales del rock. Luego, Diego A. Manrique contextualiza cada obra con la época y la vida del protagonista. Con su conocimiento enciclopédico, Manrique también elabora una guía de escucha, canción a canción. Para rematar el producto, se recogen artículos antes publicados por este periódico sobre la figura del cantante firmados, entre otros, por Gabriel García Márquez, Carmen Martín Gaite, Ian Gibson o José María de Areilza.
Considerado un verdadero icono pop, Lennon decidió revisar su vida tras dejar los Beatles. El álbum John Lennon / Plastic Ono Band (1970) supuso una enérgica declaración de intenciones por un nuevo sonido sin melodías pegadizas, donde desnudaba su alma para hablar del abandono materno o de su padre ausente. Con Imagine (1971) volvió a demostrar su capacidad para conectar con el gran público, con su aire idealista y su afán por el espectáculo. El Lennon más político y activista se recoge en Some time in New York City (1972), defendiendo el papel social de la mujer, la causa irlandesa o a los perseguidos por la justicia estadounidense. De hecho, el Gobierno de Richard Nixon planeó deportarlo en la época que sacó Mind games (1973) y Walls and brigdes (1974), cuando se fue a vivir al edificio Dakota en busca de tranquilidad o pasó más de un año separado de Yoko en lo que llamó el “fin de semana perdido”, con un sonado lío de faldas de por medio. El Lennon más tributario con sus raíces musicales está en Rock’n’roll (1975), un disco de versiones donde predominan las composiciones de autores afroamericanos. Y el más entregado a la madurez de la vida y el matrimonio se halla en Double Fantasy (1980).
Ya lo dijo el biógrafo Hunter Davis, el único que tuvo acceso directo a los cuatro prodigiosos escarabajos para redactar en tiempo real la crónica del grupo pop más importante de la historia: “Los Beatles murieron a nivel emocional en 1970. En 1980 tuvo lugar el primer funeral”. Entre esos años, nadie se había despedido del todo de la banda más famosa de Liverpool pero sus miembros intentaron seguir sus vidas. La de Lennon se plasmó en ocho discos y fue, con diferencia, la más intensa de todas pese a ser la más corta. Porque había muchos Lennon posibles, pero solo uno destinado a protagonizar el gran funeral de los Beatles.
Fuente: http://cultura.elpais.com
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