Los que hemos crecido con el cuarteto de Liverpool, y nos posicionamos junto a ellos por encima de los Rolling Stones, no podemos por menos que alegrarnos de la recientísima sentencia dictada por el Tribunal General de la Unión Europea el 30 de marzo de este año. La cuestión radica en que en enero de 2004 una marca comercial presentó ante la Oficina Comunitaria de Marcas (OAMI) una solicitud de registro de un signo figurativo compuesto por la palabra ´Beatles´. Se trataba de aparatos de locomoción destinados a personas con movilidad reducida, a lo que se opuso la empresa fundada por ese conjunto musical. La Oficina Comunitaria le dio la razón, por lo que la empresa solicitante de la marca acudió al citado tribunal, que confirmó tal denegación de registro, ya que por el éxito de las ventas de discos las marcas The Beatles y Beatles gozaban de gran notoriedad en el ámbito de las grabaciones sonoras, vídeos y películas, e incluso en juegos y juguetes. considerando que los signos en conflicto eran muy similares en los aspectos visual, fonético y conceptual, lo que motivaría que en los Estados anglófonos principalmente se pensara inmediatamente en el conjunto musical.Pero lo bonito es lo que declara el tribunal para desestimar el recurso cuando dice que a pesar de los cincuenta años de existencia de los Beatles su imagen sigue siendo sinónimo de juventud y de cierta contracultura de los años sesenta, que aún es positiva. Y el público a quien va dirigido, debido a la minusvalía que padece, se vería atraído de una manera especial por la muy positiva imagen de libertad, de juventud y de movilidad asociada a las marcas Beatles y The Beatles. Máxime si una parte del público al que se destinan esos productos pertenece a una generación de personas que conocieron los éxitos Beatles en los años 60, algunos de las cuales podrían requerir los productos que llevaran la marca solicitada.Es decir, el Tribunal General Europea viene a denegar que You-Q (antes Handicare Holding BV) registre la marca Beatles porque: Primero, Apple Corps Ltd, empresa fundada por ese conjunto musical, ya tenía registradas marcas comunitarias y nacionales con anterioridad, entre las que se incluían Beatles y The Beatles. Segundo, porque se aprovecharía de la juventud, movilidad y libertad que va asociada desde los años 60 a los Beatles. Y tercero, y esto ya me gusta menos, porque además parte de los que van a necesitar estos aparatos eléctricos de ruedas, destinados a personas con movilidad reducida, van a ser precisamente los que vieron, cantaron y admiraron a The Beatles; esto es, los de mi generación. Con lo cual, si a eso le uno que últimamente es verdad que renqueo un poco de la pierna izquierda, el Tribunal General Europeo tiene razón, al igual que la OAMI, cuando dicen que existe un solapamiento entre los dos públicos a los que van destinados los signos de conflicto, los que desde hace tiempo tienen una movilidad reducida y los que por la edad la van a tener.Me apunto, pues, a que los Beatles me sigan animando a caminar, antes por la senda de la música, y quién sabe si, en un futuro, simplemente a caminar.
Joaquín Ángel de Domingo
Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es
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