Hoy sería el cumpleaños 73 del fundador y líder de los Beatles. No voy a hablarles de su muerte, pero saco a contexto este dato por el número 27. Al declarar ante la justicia, Mark David Chapman, el hombre que abatió a Lennon el 8 de diciembre de 1980 enfrente del edificio Dakota, dijo que quería escribir con su sangre el capítulo 27 de la novela The Catcher in the Rye (El Guardian entre el Centeno), obra de J.D. Sallinger, el libro de cabecera de Chapman, en el que se inspiró para cometer el crimen, y que consta de 26 capítulos.
Paradójicamente, de acuerdo con Robert Rosen, periodista neoyorquino que publicó en 2000 el libro Nowhere Man: the last days of John Lennon, el ex beatle tenía una fascinación por ese número y en general por los múltiplos de 9.
Para iniciar, John, de acuerdo con lo expuesto por Rosen, tuvo una fuerte influencia del número 9 en su vida y obra: nació un 9 de octubre (1940), al igual que su hijo Sean (1975); entre sus canciones, figuran #9 Dream, Revolution #9 y One After 909; conoció a Yoko Ono el 9 de noviembre de 1966 y Brian Epstein, manager de los Beatles, vio al grupo por primera vez en La Caverna de Liverpool en la misma fecha, pero 5 años antes.
Lennon tenía entre sus libros de cabecera el Cheiro's Book of Numbers, una referencia obligada de la numerología. Con él no sólo se obsesionó con el número 9, sino también con sus siguientes múltiplos: el 18 y el 27.
Mediante una fórmula para el nombre, Cheiro le asigna un número a cada persona, que supuestamente define su personalidad. A cada letra se le asigna un número del 1 al 8, como está listado abajo. Se suman los valores para cada nombre y apellido y se saca su residuo sobre 9; si el residuo fue cero, entonces se le asigna el 9 (lo cual para efectos matemáticos es irrelevante, pues el resultado sería el mismo con cero). Después, se suman los dígitos restantes y se repite la operación. Aquí les va el ejemplo con el nombre completo de John:
A=1 B=2 C=3 D=4 E=5 F=8 G=3 H=5 I=1 J=1 K=2 L=3 M=4 N=5 O=7 P=8 Q=1 R=2 S=3 T=4 U=6 V=6 W=6 X=5 Y=1 Z=7
JOHN
1755=18(9)
WINSTON
6153475=31(4)
LENNON
355575=30(3)
9+4+3=16(7)
Salta a la vista que Lennon no es un número 9, sino un 7. De acuerdo al Cheiro, los números siete son “extremadamente buenos escritores, pintores o poetas, pero en todo lo que hacen, tarde o temprano, muestran su peculiar visión filosófica sobre la vida que matiza todo su trabajo. Ocasionalmente se vuelven ricos gracias a sus ideas originales o métodos de negocio, pero también hacen grandes donaciones a la caridad”. Suena muy apegado a la personalidad del fallecido ex beatle.
Pero su obsesión llegó al grado de hacer anotaciones de sus seres más cercanos para conocer su numerología. Yoko Ono, su hijo Sean, Paul McCartney, Ringo Starr (Richard Starkey) y su tía Mimi Stanley (quien lo crió), entre otros, son números 9. Por tanto, alguna afinidad sentía por las personas con esta característica.
Los 9, de acuerdo con Cheiro, son “peleadores en todo lo que intentan en vida. Usualmente pasan tiempos difíciles en sus primeros años, pero generalmente al final tienen éxito por su garra, fuerte voluntad y determinación. Son de temperamento precipitado, impulsivos, independientes y desean ser sus propios amos”.
Paradójicamente, esta descripción complementa el carácter de Lennon: sus primeros años fueron difíciles, sin su padre y la presencia itinerante de su madre, criado bajo las estrictas normas de su tía Mimi y con constantes problemas por desafiar a la autoridad. Su temperamento impulsivo lo llevó a lastimar a todas las personas que amaba, pero su voluntad y determinación lo llevaron a la cima del mundo de la música. No es de sorprendernos que tantos “números 9” hayan influido en su vida.
Irónicamente, John murió en un año que numerológicamente marcó su obsesión: 1980 (1+9+8+0=18), en el edificio Dakota, en West y 72nd (múltiplo de 9) Street, construido en 1881 (1+8+8+1=18) a manos de un hombre con el que comparte el mismo número, el 7.
MARK
4122=9
DAVID
41614=16(7)
CHAPMAN
3518415=27(9)
9+7+9=25(7)
De hecho, aunque Lennon fue asesinado la noche del 8 de diciembre, a la hora de su defunción ya era 9 de diciembre en su país natal, pues son cinco horas de diferencia entre el horario del este de los Estados Unidos y el del meridiano de Greenwich.
Y el número 27, además de la referencia al capítulo “extra” de The Catcher in the Rye por su homicida, llegó a su obra de manera póstuma: el 27 de marzo de 1981 salió a la venta Watching the Wheels, el tercer y último sencillo de su álbum Double Fantasy, una de sus tantas canciones que han trascendido ante el paso del tiempo.
Por: Ricardo Otero ( @otero_rj )
Fuente: http://www.cfanespectaculos.com
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