sábado, 10 de marzo de 2012

Coca-Cola y Pepsi cambian de fórmula


El secretismo de la fórmula de la Coca-Cola y la Pepsi no alcanza al 4-metilimidazol, uno de los componentes de ambas bebidas refrescantes y que ha sido declarado como cancerígeno por las autoridades de California. Ante esta situación, y solo en EE UU, ambas compañías han optado por modificar sus ingredientes para evitar que en sus envases figure un aviso nada beneficioso para las ventas: «este producto puede producir cáncer». Según han asegurado representantes de ambas empresas, los cambios no afectarán al sabor del producto.
Concretamente, el 4-metilimidazol es una sustancia química que sirve para dotar al líquido de su clásico color caramelo. Su presencia no se limita, sin embargo, a Coca-Cola y Pepsi, ya que, al igual que en estas bebidas, se produce de forma natural en la cocción o asado de algunos alimentos. Pese al cambio en la legislación californiana, la Administración de Alimentos y Fármacos de EE UU (FDA) ha apelado a la tranquilidad: «Las bebidas no son peligrosas para nada. Lo que ha ocurrido en California es que quieren introducir una advertencia por la presencia de este ingrediente tras un estudio que ha vinculado el 4-metilimidazol con el cáncer en ratas, pero cuyos resultados no serían aplicables a los humanos».
La agencia apunta que sería necesario consumir hasta 1.000 latas diarias durante dos años de estos refrescos para ingerir la misma cantidad que se administró a los roedores.
La polémica surgida en torno a este compuesto químico ha trascendido las fronteras estadounidenses. Para la Organización Mundial de la Salud, su consumo conlleva el mismo riesgo de contraer cáncer que el de las patatas fritas. Tampoco la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha lanzado ninguna advertencia sobre el 4-metilimidazol.
«No hay riesgos»
Diana Garza-Ciarlante, representante de Coca-Cola, en declaraciones a la agencia Associated Press, aseguró que aunque la compañía estadounidense está segura de que «no hay riesgos para la salud pública que justifiquen ningún cambio». «Hemos pedido a nuestros proveedores de la sustancia que den este paso para que nuestros productos no sean objeto de este tipo de advertencias», afirmó a continuación.
En un comunicado emitido a través de su web, Coca-Cola también apuntó que su bebida seguirá siendo la misma de siempre y no variará la receta que mantiene secreta desde que el farmacéutico John Pemberton la elaborara hace 125 años: «El colorante de caramelo de todos nuestros productos es, y siempre será, seguro. La compañía no cambiará su mundialmente famosa fórmula. Durante años Coca-Cola ha ido mejorando su proceso de producción pero nunca ha alterado su formula secreta».
La propuesta para eliminar el 4-metilimidazol de la cadena alimentaria surgió del Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI) de Estados Unidos, una organización ciudadana. Señala que «la reacción del azúcar con el amonio provoca una generación de numerosos compuestos. Dos de estos compuestos son el 2-metilimidazol y el 4-metilimidazol y ha sido comprobado por estudios gubernamentales que provocan cáncer de pulmón, hígado y tumores de tiroides en animales de laboratorio». En base a estos estudios, la FDA decidió establecer en 16 microgramos el consumo recomendado diario de este compuesto. Pero el CSPI afirma que cada lata de ambos refrescos contiene hasta 130 microgramos.
Para las personas que llegan a consumir hasta dos litros diarios, informa el Centro para la Ciencia, la ingesta de 4-metilimidazol alcanzaría límites realmente perjudiciales. El director del CSPI, Michael Jacobson, aboga por eliminar esta sustancia de todo alimento: «Creo que la mayoría de usuarios preferiría una bebida totalmente transparente y segura, que una coloreada de caramelo con un compuesto sospechoso. Los colorantes cancerígenos no juegan ningún papel en el abastecimiento alimenticio».
En donde no ha sentado nada bien la decisión de la Administración californiana ha sido en la Asociación Estadounidense de Productores de Bebidas, que representa a toda la industria. Esta asegura que «ninguna agencia reguladora en el mundo, incluida la FDA, ha dicho que el 4-metilimidazol es un cancerígeno en humanos». «Este no es más que otro intento sin base científica para asustar a los consumidores», añade.
Tenga quien tenga la razón, los estadounidenses dejarán de beber sus coca-colas y pepsis de siempre. Ya no tendrán el 4-metilimidazol. En Europa , por el momento, sí.
 

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