domingo, 22 de abril de 2012

Tocados por el 'Macartismo'


Fui uno de los 6 mil 999 colombianos que se inscribieron en La W Radio para ganarse varios pases dobles (cada uno por un costo de $850.000) para el que llamaron "el concierto de la historia", pero Julito Sánchez nunca me llamó. Entonces fui uno de los 30 mil ciudadanos que compró boleta para ver al ex-Beatle, sir Paul McCartney, el jueves pasado en Bogotá.
Y no fue fácil. Las entradas salieron a la venta el 27 de marzo a las 5:00 p.m., y tres horas más tarde ya estaban agotadas. Así es el furor que despierta este artista, uno de los titanes de la música popular en el mundo. Así de relevante es este hombre de casi 70 años (el próximo 18 de junio los cumple), que sigue llenando los escenarios que pisa y cuyas canciones hacen parte de la vida de al menos tres generaciones; las mismas que en el estadio el Campín de Bogotá se reunieron ante ese escenario de 12 metros de alto para cantar sus clásicos de los Beatles, sus temas con Wings y sus canciones como solista, entre ellas My Valentine, de su más reciente trabajo Kisses on the bottom.
A quienes les gusta el rock deben conocer la historia de los Beatles y la 'beatlemanía', pero como también se debe escribir para los que no dimensionan la importancia de McCartney, aquí va un breve recuento.

'Beatlemanía' colombiana

Mi silla es la 238 de la fila A, sector 10. Desde donde estoy es más fácil seguir los gestos de Macca por las pantallas gigantes que forzar mi hipermetropía. A mi lado están Alfonso Pradilla y su esposa María Eugenia Ángel, son de la generación de los 60, y ellos, como yo, desafiaron el frío de la noche capitalina para ver al único beatle en actividad (a Lennon lo mataron en 1980, Harrison murió de cáncer en 2001, y Starr sólo hace apariciones esporádicas).
Alfonso tiene 64 años, lleva una boina para tapar su calva y un abrigo largo para cortar el viento. En su silla no para de moverse y María Eugenia me dice que es por una medicina que está tomando. Creo que es ansiedad por ver a McCartney, un tipo mayor que él y que se ve más joven. "La primera vez que escuché a Los Beatles, estaba en los scout. El líder del grupo tocaba sus canciones en una guitarra y al principio me sonaban raro. Con el tiempo comencé a entenderlos y me fueron gustando", cuenta Alfonso que, mejor preparado que yo, lleva binoculares.
A las 8:49 p.m. sale al escenario Paul McCartney con la energía de una adolescente. Abre con el tema Magical mistery tour de 1967, nos saluda con un “buenas noches, parceros”, y como el nombre de su gira lo señala (On the run, A la carrera), se despacha en unas maratónicas 2 horas 40 minutos de espectáculo. El cuasi septuagenario británico que lleva una estricta dieta vegetariana, no para: toca el bajo, la guitarra, el piano, el ukelele, la mandolina, canta, baila y bromea con el público.
Let it be, Back in the USSR, Band on the run, Yesterday, Hey Jude, Live and Let die (que incluyó una pirotecnia espectacular), Hope on deliverance... Y si a eso le sumamos Something (de Harrison) y Give place a chance (de Lennon), su versión de Purple Haze (de Jimmy Hendrix), y la fusión del tema Venus and Mars con Jet (de su etapa en Wings), da un total de 41 temas que cubren cinco décadas de música. Un concierto redondo.
Alfonso, que comenzó sentado y pegado de sus binoculares, terminó de pie y golpeando con sus manos la baranda de la parte alta del estadio, siguiendo el ritmo de las canciones y, como él, cientos de personas cantando los temas que aprendieron de niños, siguieron de jóvenes, y reviven ahora de adultos junto a sus hijos y nietos.
Paul McCartney se despide con el tema The End y, como el caballero que es (la reina Isabel II, lo nombró caballero del Imperio Británico en 1997, por eso el “sir”), promete regresar antes de bajar del escenario. Una puesta de sol queda congelada en las pantallas, se encienden las luces y el viaje mágico y misterioso por el que nos llevó, termina. El beatle cumplió, y quienes quedaron inconformes con el concierto fue porque lo vieron por Canal Capital (ver recuadro Polémica transmisión).

El viaje mágico y misterioso continúa

A las 8:00 de la mañana del viernes después del concierto, en El Campín estaban desmontando la estructura, las pantallas y el sonido para llevar el tour On the run a su siguiente destino: Brasil. A esa hora, el médico manizaleño Hernán Alberto Giraldo estaba en la sala de espera del Puente Aéreo de Bogotá todavía pensando en el concierto.
“Estoy como en shock”, me dice, pues nunca se imaginó tener la posibilidad de ver a un beatle. El cuarteto de Liverpool lo inspiró a él, a sus 15 años, y a otros tres amigos a montar un grupo 'yeyé' al que llamaron Los Helmets, que no duró mucho. Cuatro décadas después, y por cosas del destino, de ese viaje “mágico y misterioso” que es al vida, Paul McCartney los reencontró.
“Es raro. Estaba haciendo la fila para entrar al concierto y, en medio de todo ese gentío, me encontré con uno de ellos y hablamos un rato. Ya en mi puesto, al lado se sentó una señora que me dijo: 'yo a usted lo conozco'. Resultó ser la esposa de otro de Los Helmets, que vive en Nueva York. Lo llamamos y se escuchó todo el concierto por el celular. Es una cosa rarísima”, me cuenta. Si el cuarto helmet hubiera aparecido, habría que santificar a McCartney por realizar un milagro: el tipo murió hace unos años.
Y seguimos hablando - mientras embarcábamos el avión - de Paul, de Los Beatles, de cómo él (como mi papá) ponía sus discos en el tornamesa para que sus hijos escucharan la música con la que él creció, y de muchas cosas más, porque el concierto del 19 de abril no fue “el concierto de la historia”, sino el de las historias.

La cifra

36 discos ha editado McCartney entre Los Beatles, Wings y en solitario.

Polémica Transmisión

El canal estatal Canal Capital anunció durante toda la semana que transmitiría en vivo y en directo, para casi todos los cable operadores del país, el concierto de Paul McCartney. Sin embargo, solo emitieron las dos primeras canciones y los últimos 40 minutos del espectáculo. Esto generó gran inconformidad entre los televidentes, que acusaron de estafa al canal y de posible detrimento patrimonial por unos 400 mil dólares al Distrito de Bogotá, por pagar unos derechos para una transmisión que no se hizo en su totalidad.

El dato

McCartney es el compositor de mayor éxito comercial en la historia de la música popular, de acuerdo con Libro Guinness de los récords.

Alejandro Samper Arango

Fuente: http://www.lapatria.com/

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