lunes, 13 de mayo de 2013

Estrenan musical que revive el lado íntimo de John Lennon y Paul McCartney

 
Dos sucesos definitivos en la vida, pasión y muerte de The Beatles. Uno público y otro privado. Uno reconocible por todos y otro apenas consignado en biografías y entrevistas: el célebre show en la azotea del edificio de la firma Apple Corps en 1970, la última presentación del cuarteto, y la poca difundida visita de Paul McCartney a John Lennon, en abril de 1976, en el edificio Dakota de Nueva York, cuando el grupo ya era historia y consensuado entre los especialistas como la última vez en que se vieron de frente.

Ambos hitos son el punto de partida de Paul y John, una historia de The Beatles, el musical chileno que se estrena el 16 de mayo en el Teatro Mori Parque Arauco y que inicia sus recorrido de casi 90 minutos por dos desenlaces. “Nos parece interesante partir con ese encuentro en Nueva York, porque los situamos como dos amigos que empiezan a recordar vivencias, arrojan algunas conclusiones y hasta se sacan trapitos al sol. Son ya dos músicos adultos que, desde ahí, se acuerdan de lo que pasaron juntos”, relata Gabriel Urzúa, actor que encarna a Lennon en un elenco que completan Gabriel Cañas (McCartney), Dayana Amigo (Yoko Ono), Lorena Bosch (Mary “Mimi” Smith, tía del asesinado músico) e Ignacia Allamand (Linda McCartney).

Tras el inicio con una recreación del show en el techo -con ambos protagonistas tocando junto a una banda y que sirve para presentar al resto de los personajes-, la historia viaja hasta la cita setentera en Manhattan, donde la ya extinta dupla de compositores trata de descifrar lo que los mantuvo unidos por poco más de 10 años, aunque, en la vida real esa junta culminó con un Lennon hastiado de que su ex camarada se apareciera sin aviso previo. “En la obra, los dos saben que lo que más los unió fue la muerte de sus madres, cuando eran adolescentes. Luego debieron soportar todo el éxito, levantaron una dinámica única y terminaron separados por líos burocráticos”, detalla Urzúa, ante un proyecto dirigido por Mariana Muñoz (Amores de Cantina) y con un guión hilado por 16 temas interpretados en vivo.

Cañas acota: “Lo horroroso de la beatlemanía, y cómo lo aguantaron como amigos, es el gran punto de vista del musical. Tienen que ir a cenar y conocer a hijos de alcaldes y dictadores, recibir a minusválidos..., por eso una escena clave sucede en un hotel donde se ve lo abrumadora que les resultó la fama”.

En ese viraje al pasado aparece otro elemento clave: la influencia femenina en el crecimiento de los músicos. Una de las primeras en saltar a escena es Mimi Smith, la estricta tía que crió a Lennon en Liverpool y que se alzó como su referente maternal. “Es un personaje muy difuso, porque, al armarlo, me encontré con muy poco material”, cuenta Bosch acerca de una mujer que se mantuvo ajena al suceso del conjunto en los 60, recluida en una casa comprada por su propio sobrino y que sólo se animó a dar un par de entrevistas tras su crimen. La actriz de Las Vega’s sigue: “Con este personaje apunté a tres rasgos básicos: su vida impecable; la rudeza con que crió a John y, a su vez, el amor absoluto que sintió por él. Ese carácter hizo que él creciera como un tipo tan rupturista. No le dejaba entrar amigos a la casa y no le gustaba el rock and roll, pero, casi como su madre, después aceptó su llamado semanal, ya cuando él era una estrella. Esa química también está presentada”.

Si el protagonismo de la tía Mimi en la prehistoria de The Beatles es omnipresente, Ignacia Allamand armó su caracterización como Linda Eastman, la fotógrafa y esposa de McCartney, desde otra premisa: “Ella tuvo que ser invisible para estar junto a la banda”. La actriz sigue: “En el montaje aparece como una persona discreta, que debía pasar lo más piola posible para poder tomar fotos del grupo y documentar su atmósfera interna. Pero fue tan fundamental como Yoko con John, porque fue el cable a tierra de Paul y dejó toda su carrera por él”.

Y si se trata de Yoko Ono, Amigo asegura que también se situó desde otro ángulo para entender a la japonesa: su distancia previa con la leyenda de The Beatles. De hecho, mientras Allamand y Urzúa se confiesan como beatlemaníacos devotos, y Cañas y Bosch como conocedores sólo respetuosos, la ex figura de Casado con hijos asume que no conocía la historia de los británicos y que debió instruirse a través de libros y documentales.

“No saber de sus vidas me ayudó a limpiarme de los prejuicios y a no tener en mi cabeza toda la imagen de Yoko. Estaba fuera de todos los mitos que hay en torno a ella. Y aquí no la representamos como la bruja o la mujer que los separó, sino que como un ser humano muy especial. Al igual que todas las mujeres en los Beatles, sólo aparecen como la fuerza que los empujaba a seguir su rumbo, a despertarlos. Pero para nada nos centramos en líos de faldas o cosas así”, remata.
 
por Claudio Vergara
 


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