Como quien se detiene después de mucho caminar y decide tomarse un respiro, descansa sentado sobre el banco de un parque habanero un John Lennon de bronce, la cabeza ligeramente inclinada y las piernas cruzadas con despreocupación. Allí está desde el 8 de diciembre de 2000, gracias al talento del escultor cubano José Villa Soberón, Premio Nacional de Artes Plásticas, quien deseaba "homenajear a una personalidad contestataria, cargada de demonios y sueños".
La inauguración del monumento fue todo un suceso en la capital de la isla: asistió el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, junto a reconocidos artistas y una multitud de personas amantes de la música de Lennon y la mítica banda británica The Beatles.
La influencia de este Lennon habanero y amante del calor tropical se expande por los alrededores y a solo unos pasos del parque, el club temático Submarino Amarillo también rinde culto a Paul McCartney, Ringo Star y George Harrison.
Pero antes de emplazar la figura de bronce de tamaño natural, ya el céntrico parque llevaba su aureola y se le conocía con el nombre de John Lennon, pues era lugar común de reunión para roqueros de la vieja guardia.
Ahora, la estatua está casi siempre rodeada de personas: cubanos y extranjeros. Muchos se sorprenden al verlo a la sombra de un árbol en un lugar de La Habana y descubren que ya no es necesario viajar a Abbey Road o a Liveerpol, en el Reino Unido, para tener cerca al autor de Imagine.
Como algunos querían curar la miopía del mítico beatle, varias veces tomaron sus gafas redondas de bronce, hasta que finalmente se reemplazaron por unas de metal.
El nonagenario Juan González, vigilante del parque, guarda en su bolsillo los espejuelos del músico y los coloca en su lugar cuando llega un visitante para tomar fotos.
Hace 14 años, Juan cuida a su tocayo John, de siete de la mañana a siete de la tarde, y atiende sus tareas como cuidador del parque, ubicado muy cercano a su casa.
"Aquí han estado personas muy importantes, vienen muchos turistas y gente de Cuba, lo besan, lo abrazan y Âíhasta se le tiran encima!", contó.
El anciano conoce muy poco la música de The Beatles, casi nada, pero siente a Lennon como si fuera familia: "él era un progresista, cantaba contra la guerra, ahí lo dice en una placa".
Precisamente, a los pies de la estatua está grabada la letra de una de sus canciones más famosas: You may say Iâ�Öm a dreamer but Iâ�Öm not the only one.
John Winston Lennon nació el 9 de octubre de 1940 y muchos lo consideran el líder de The Beatles, el principal responsable de su surgimiento en 1960 y también de su separación a finales de esa década.
Junto a Paul McCartney compuso varios de las canciones más populares del cuarteto y dicen que solo necesitaban una o dos horas para hacerlo.
Hoy muchos de sus temas se enarbolan como cantos de paz y amor, aunque sus maestros de la infancia cuentan que desde niño era inquieto y fue un adolescente muy rebelde.
Por supuesto, las historias se entrelazan a su alrededor y resulta ya muy difícil separar los mitos de la realidad.
Después de formar varias bandas, Lennon conoció a McCartney y el resto es historia: con el lanzamiento de su primer álbum, The Beatles pasó de tocar en un pequeño bar a los grandes escenarios internacionales, donde todavía viven sus composiciones.
Los cuatro fantásticos de Liverpool trastocaron los límites de la música rock y abrieron el camino a los ritmos del pop, aunque en ambos géneros persiste su legado.
El primer sencillo de la banda, Love me do, estrenó autoría conjunta de Lennon y McCartney, uno de los binomios más famosos de la historia musical, ni siquiera la japonesa Yoko Ono pudo acabar con esa historia de amor.
Love me do tiene solo tres acordes y repite 26 veces la palabra amor en apenas dos minutos, pero tiene la magia de los cuatro fantásticos y con eso basta.
Si bien el debut de The Beatles en el mercado discográfico no fue fácil, luego una estrategia de mercadeo de proporciones contribuyó a su éxito. Aún así, pocos dudan del talento musical del cuarteto británico y de su más rebelde integrante, el mordaz John Lennon.
La inauguración del monumento fue todo un suceso en la capital de la isla: asistió el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, junto a reconocidos artistas y una multitud de personas amantes de la música de Lennon y la mítica banda británica The Beatles.
La influencia de este Lennon habanero y amante del calor tropical se expande por los alrededores y a solo unos pasos del parque, el club temático Submarino Amarillo también rinde culto a Paul McCartney, Ringo Star y George Harrison.
Pero antes de emplazar la figura de bronce de tamaño natural, ya el céntrico parque llevaba su aureola y se le conocía con el nombre de John Lennon, pues era lugar común de reunión para roqueros de la vieja guardia.
Ahora, la estatua está casi siempre rodeada de personas: cubanos y extranjeros. Muchos se sorprenden al verlo a la sombra de un árbol en un lugar de La Habana y descubren que ya no es necesario viajar a Abbey Road o a Liveerpol, en el Reino Unido, para tener cerca al autor de Imagine.
Como algunos querían curar la miopía del mítico beatle, varias veces tomaron sus gafas redondas de bronce, hasta que finalmente se reemplazaron por unas de metal.
El nonagenario Juan González, vigilante del parque, guarda en su bolsillo los espejuelos del músico y los coloca en su lugar cuando llega un visitante para tomar fotos.
Hace 14 años, Juan cuida a su tocayo John, de siete de la mañana a siete de la tarde, y atiende sus tareas como cuidador del parque, ubicado muy cercano a su casa.
"Aquí han estado personas muy importantes, vienen muchos turistas y gente de Cuba, lo besan, lo abrazan y Âíhasta se le tiran encima!", contó.
El anciano conoce muy poco la música de The Beatles, casi nada, pero siente a Lennon como si fuera familia: "él era un progresista, cantaba contra la guerra, ahí lo dice en una placa".
Precisamente, a los pies de la estatua está grabada la letra de una de sus canciones más famosas: You may say Iâ�Öm a dreamer but Iâ�Öm not the only one.
John Winston Lennon nació el 9 de octubre de 1940 y muchos lo consideran el líder de The Beatles, el principal responsable de su surgimiento en 1960 y también de su separación a finales de esa década.
Junto a Paul McCartney compuso varios de las canciones más populares del cuarteto y dicen que solo necesitaban una o dos horas para hacerlo.
Hoy muchos de sus temas se enarbolan como cantos de paz y amor, aunque sus maestros de la infancia cuentan que desde niño era inquieto y fue un adolescente muy rebelde.
Por supuesto, las historias se entrelazan a su alrededor y resulta ya muy difícil separar los mitos de la realidad.
Después de formar varias bandas, Lennon conoció a McCartney y el resto es historia: con el lanzamiento de su primer álbum, The Beatles pasó de tocar en un pequeño bar a los grandes escenarios internacionales, donde todavía viven sus composiciones.
Los cuatro fantásticos de Liverpool trastocaron los límites de la música rock y abrieron el camino a los ritmos del pop, aunque en ambos géneros persiste su legado.
El primer sencillo de la banda, Love me do, estrenó autoría conjunta de Lennon y McCartney, uno de los binomios más famosos de la historia musical, ni siquiera la japonesa Yoko Ono pudo acabar con esa historia de amor.
Love me do tiene solo tres acordes y repite 26 veces la palabra amor en apenas dos minutos, pero tiene la magia de los cuatro fantásticos y con eso basta.
Si bien el debut de The Beatles en el mercado discográfico no fue fácil, luego una estrategia de mercadeo de proporciones contribuyó a su éxito. Aún así, pocos dudan del talento musical del cuarteto británico y de su más rebelde integrante, el mordaz John Lennon.
Por Ibis Frade
Fuente: http://www.prensa-latina.cu
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