Fue una manera peculiar de clausurar el certamen organizado por la asociación cultural Bon Vivant y del que EL PERIODICO ha sido medio oficial. Durante cuatro jornadas, la cita ha ofrecido un maratón de conciertos en la plaza de San Jorge con formaciones portuguesas y españoles como Sidonie o The Poppers, estrellas en la última madrugada en la parte antigua.
La organización calculó ayer que cerca de un millar de espectadores habían disfrutado de los directos en los momentos de mayor afluencia al recinto acotado en el corazón de la parte antigua. "Estamos muy contentos. Hemos cubierto las expectativas. El público ha sido muy respetuoso con los grupos y estaba allí porque quería ver los conciertos", resumió Mónica Martins, directora del festival, que ya prepara otra edición, pero en una ciudad portuguesa por determinar para la próxima primavera.
Ha sido precisamente este cambio de formato, con conciertos de pago, una de las cuestiones que ayer destacó Martins para mostrar su satisfacción por el desarrollo del certamen. "Se ha notado muchísimo porque se ha podido escuchar la música", añadió esta responsable, que avanzó que la organización quiere mantener septiembre como mes fijo para celebrar Europa Sur.
COMO ANTES Como colofón, Los Arboles Muertos demostraron que siguen teniendo tirón y, prueba de ello, fue la gran cola que, pasadas las nueve de la noche, había para entrar en el teatro. "Fueron los Beatles de aquella época para Cáceres", decía Santi Lindo, amigo y fan de la banda formada por los hermanos Luis y Celestino Charro, Angel Andrada y Santiago Pizarro.
Ante unos 300 espectadores, Los Arboles Muertos repasaron un repertorio que se mantiene vivo y con el que han querido poner en marcha un proyecto renovado y lleno de fuerza. Lo de anoche no fue una vista atrás sino una manera de demostrarse a ellos mismos que el público les sigue queriendo, y mucho.
CARLOS ORTIZ
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