miércoles, 23 de enero de 2008

Eric Clapton cuenta sus memorias

La estrella de rock se confiesa. Historias de sexo, vicios, triunfos y derrotas en una autobiografia que cuenta los entretelones del exito.
No son pocas las cosas que se han dicho de Eric Clapton, el mítico ídolo que transformó el tema Cocaine en emblema y símbolo de su acelerada y tormentosa vida. Desde que publicó sus recientes memorias Clapton: La autobiografía, se ha afirmado que, por contar lo que ocurrió en el backstage de al menos cuatro décadas de locura, descontrol y fiebre creativa, habría recibido 6 millones de dólares. Cuento aparte es lo que dijo (y sigue diciendo) la siempre intensa Pattie Boyd, la ex mujer de George Harrison y del propio Eric.
Tras salir a la palestra con su propio libro, Wonderful today, días después de que Eric publicara su autobiografía, Boyd -ex modelo que asegura haber sido amante de Lennon y Jagger, entre otros- ha señalado que Eric no cuenta nada nuevo en su libro. Algunas de las revelaciones de noches desenfrenadas habrían tenido su epicentro en Friar Park, la mansión gótica de 120 habitaciones que George Harrison tuvo en Londres.
"Estoy enamorado de tu mujer", le confesaría en una de esas fiestas Clapton a Harrison.
Si bien el cuento pertenecía a la mitología del rock, ahora es historia porque Clapton lo corrobora, aunque bajándole la intensidad. Se sabe: Clapton y Harrison eran vecinos en Londres. También amigos. Pero eso no impidió que el entonces joven guitarrista se enamorara de la mujer del ex Beatle, la bella veinteañera a la cual Harrison le había compuesto Something.
Según confiesa Clapton, George -tras un recital en Liverpool Empire- le habría dicho que él estaba fascinado con Paula, la hermana de Pattie. Así es que los amigos no tardaron en planear una romántica cita, con Harrison haciéndole gancho a Clapton con su propia mujer. Clapton lo recuerda así: "George me sugiere que pase la noche con Pattie, pues así él podría dormir con Paula. Y la proposición no me impresionó, porque en aquellos días prevalecía la moral de que cualquier cosa que quisieras la podías obtener".
Pattie, sin embargo, no sería presa fácil. Y, tras varias negativas, Eric la intentó seducir con una de las canciones más emblemáticas de su carrera: Layla. Pese a todo, Pattie dijo una y otra vez que no, tras lo cual Clapton se trastornó y se encerró tres años a drogarse. "Por más que lo intentaba -escribe- no podía sacármela de la cabeza".
En 1973, Clapton vuelve por Pattie tras haberse sometido a un programa de desintoxicación con acupuntura. A esas alturas, Harrison ya le había confesado a Pattie que estaba enamorado de la esposa de Ringo Star, razón suficiente para que Boyd hiciera sus maletas y se fuera a vivir con Clapton. Eso, pese a que "Mano Lenta" había cambiado su adicción a la heroína por el consumo de vodka. "Nuestra relación -escribe- era una fiesta impulsada por grandes cantidades de alcohol. Éramos niños jugando a ser adultos".
Al menos anímicamente, la autobiografía se divide en dos partes: la primera centrada en el relato de cómo era la escena musical de los 60 y 70, una vívida descripción de todos sus errores y aciertos.
La segunda parte no es una enciclopedia personal del rock, contada por un testigo preferente, sino el relato del quiebre, la fractura de una estrella tras internarse en una clínica de rehabilitación.
La vida de Clapton es un triunfo. También una derrota. Incluso una condena. El sobrevivió para contar.


Sergio Paz
Fuente: www.elpais.com.uy

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